7 de mayo de 2008

La Banda, Trinidad Sinfónica necesitará algo más que un Hermano Mayor, para vencer a la Mesa de la Trinidad


Ya lo decía mi abuelo "las tecnologías pueden fallar", y este día fue muestra de ello.

Hubo "lleno", pero no en las gradas sino en el campo, donde se encontraron un par de equipos más de lo normal, pero gracias a la mano diestra de nuestro hermano mayor, y a la buena voluntad de los jóvenes que allí acudieron, aunque no de todos, se pudo seguir el partido que ya estaba iniciado.



En un principio la banda había empezado con Alma ..., pero algo desorganizados y no con mucha fuerza a diferencia de otros encuentros donde su inicio hacía poner los bellos de punta; es importante reseñar sus trajes nuevos, muy bonitos en su diseño. En cambio los señores de la mesa tantearon un poco el terreno, como si del primer tirón se tratase, aunque algunos como Niko parecían montados en el AVE, Málaga- Barcelona.



Cerraron muy bien lineas, trabajando muy juntitos, parecían estar entre varales. Sabiendo cada uno su función a desarrollar, y moviendose en conjunto todos a una.
Por el contrario ni la batuta de Antonio Jiménez, ni el mazo de Juan Partal, pudieron enderezar el rumbo de esta banda, a la que se le empezó a escapar el partido muy pronto.

El equipo formado por la mesa, adquirió muy rápido el tempo del partido, simultaneando pasos y pases largos con cortos, según requería el momento, así fueron llegando los goles, y los oles, ya que las camisetas empezaban a notar el sudor.
Y es que allí la temperatura era muy alta, igual de calientes que algunas acciones que no entiendo como pudo el arbitro pasarlas por alto, de no ser que hubiera asistido.

Al final la mesa vió recompensado su trabajo, y la banda solo pudo poner mucha voluntad; adiós a otro Lunes S..., perdón, adiós a otro partido de los Martes.





Perdón el resultado fue de 15 - 0
(aunque sea lo de menos)

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