Aunque las heridas aún escuecen va siendo hora de una reflexión profunda sobre los fallos que pudimos tener. Como abordarlos e intentar sacar una conclusión de los mismos, y hacer posible rectificarlos, pues creo merece la pena. Solo reseñar que es lamentable que el trabajo de todo un año se vea afectado por un resultado decepcionante del culmen de todos ellos.
Sin más trasladar mis felicitaciones al trabajo realizado en esta estación de penitencia de la semana santa 2009, y abogar por un próximo año mas fructífero.
Espero que las reflexiones no caigan en sacos rotos y se tomen decisiones consecuentes con las situaciones presentadas.
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