No sé como empezar hoy, pero si sé como terminar, hemos asistido al
pregón mas trinitario jamás contado, la verdad que este es el final que se me
ocurre, pero para que haya un final debe existir un principio y voy a tratar de
explicar lo que se vivió el Sábado, aunque para verdaderamente saberlo, hubo
que asistir al pregón de nuestro Hermano Paco.
Antes de las 11 los más madrugadores se encontraban ya en la cofradía,
poco a poco todos los hermanos fueron llegando, cada semblante era distinto
pero en todos se podía vislumbrar una cara llena de ganas, ganas de escuchar el
pregón trinitario, por ser trinitario y por que el dueño de este era uno de los
nuestros, el hermano Paco, Don Paco le llamaría yo pero como a él no le gustan
estas cosas seguirá siendo el hermano Paco. Banda, miembros de la cofradía,
familiares y hermanos fueron llenando el salón de actos, salón de actos que se
quedó pequeño, pero es que apretados todo se vive mejor; pasaban 10 minutos de
las 12 cuando el hermano Ricardo entró en escena para darle comienzo al acto. La
placa que irá en el puesto de nuestro Ray fue entregada con cariño a Juanma y
Ray Jr, seguido se entregó la huella de la Mesa, que fue a parar este año a
Manolo, director de la Sinfónica por su esfuerzo y dedicación hacia esta
escuela de fervientes músicos trinitarios, los cuales interpretaron varias
marchas durante el acto, cada año suenan mejor y cada año nuestra unión con
ellos es mayor.
Ahora, le tocaba turno al cartel, nuestro cartel, maravillosa pintura a carboncillo que el Señor
Pepe Palma ha hecho este año, al descubrirlo se escucharon onomatopeyas de
admiración, no era para menos puesto que el cartel de la Semana Santa
posiblemente estuviera en la cofradía, gracias Pepe. Ricardo dió paso al
presentador del pregonero, el hermano Víctor,
el cual dejó patente la admiración y la amistad que le unían a este, al
que conocía de vista de la cofradía pero fue un Viernes Santo en Dolores de San
Juan donde tuvo el placer de tratarlo, y a partir de este encuentro surgió la
idea de la creación de nuestro bendito rincón , a lo que el hermano Paco
contestó con un simple pero rotundo ¿Por qué no?.
El escenario ya era de Paco, dejando a un lado el protocolo se
presentó sin traje, porque los trinitarios somos una familia, y en las familias
pues los protocolos sobran, habló de su niñez de su querida madre, o mejor
dicho queridas madres, porque para el la Trinidad es una madre, ella, tú y yo
esbozó varias veces mientras contaba sus vivencias, sus recuerdos de infancia,
su niñez trinitaria. Palabras finas, llenas de encanto y de sentimiento malva
salían de la voz del hermano Paco, dudo que cualquier trinitario de corazón no
estuviera embelesado con tan magnífica narración; hubo para todos y dejó claro que
una Hermandad es mucho más que mantos, palios y ampliaciones, una Hermandad es
conocer a tu hermano, saber de sus penas y alegrías ser humilde y ayudar en lo
que se pueda. Guiño a la banda, a su banda, a nuestra banda, esas decenas de
chicas y chicos que cada año son más y mejores, la Sinfónica de la Trinidad,
también tuvo palabras para sus hermanos más cercanos para su Mesa, una Mesa que
cada año va a más puesto que cada año la pasión y admiración por María
Santísima de la
Trinidad Coronada es mayor y este siempre fue nuestro
objetivo. Un pretendiente de la alegría había soltado por la boca un pregón
para el recuerdo, un pregón que será recordado como el pregón más trinitario
jamás contado. Para culminar el acto nuestra banda interpretó nuestro marcha, y
con ella como no podía ser de otra manera interpretamos todos nuestro himno, y
aquí es cuando acabó nuestro acto. Gracias Paco, como era de esperar no
defraudastes, gracias a nuestra banda por estar ahí siempre que se les
necesita, gracias a todos los presentes por asistir, gracias a Pepe Palma por
su enorme cartel y gracias a todos los hermanos por demostrar una vez más que
la Trinidad tiene nombre propio. Trinidad a tus Pies¡¡¡
Autor: Mesa de la Trinidad
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